miércoles, 17 de enero de 2007

fierro

Rayas


Cuando tomaba la micro se me acerco con su estomago lleno. Estaba duro como una piedra y yo solo tenía 21 años. Me duele la cabeza acordándome de todo. Estoy en la playa, debería disfrutar.

Ojalá la playa me haga bien. Descanso del sudor de los días sábados y las voces en mis orejas diciéndome que se acaba la plata para comprar más. El agua esta llena de medusas. Mis pantalones te echan de menos.

Con esto de estar en medio de la música, lejos del sonido nostálgico de ser hippie cuando nunca lo fui. Con la nariz rota, me miro al espejo sucio de bohemia. Me tropiezo con una silla y termino de nuevo en mi casa, aguantando el olor.

A veces los días pasaban tan rápido como se me rompe la nariz. Estornudo y dejo restos de sangre en la puerta del baño, mi amigo le rompe la cara al policía que nos perseguía.

Inicialmente me iba al norte pero en Concepción despierto. Con mi novio en cuatro patas buscando su dignidad. Yo me la busco en el baño con una línea grande que parece llegar al horizonte. Como conejo lo hacemos y como conejo tengo los ojos.

No veo salida, me muero de a poco. Mi mama grita cuando sabe que estoy resfriado y a mi me duele estar duro de nuevo mientras me hace cariño.

Ahora si que duermo sin sueño y me pesan los hombros. Me duele la vida que me quema los ojos. Mi mamá y mi novio se pelean, el doctor me pone de nuevo esas cosas en el pecho, esta si que no la cuento.

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